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Equipo de Univalle que descubre nueva variedad señala que son las primeras en sufrir cambio en clima.
Fue en un cañón del río Dagua, a 1.300 metros
de altitud, en una zona aislada y poco explorada cuando en junio de 2012
un grupo de investigación de la Universidad del Valle se sorprendió de
la belleza de una orquídea.
Tuvieron que pasar más de dos años de confrontación gráfica y de documentación hasta certificar que no se tenían registros de ella. Así se pudo tener la certeza de estar ante una nueva variedad: la Encyclia parkeri, nombre de un amante de estas especies, que luego logró reproducirla en Hawai.
“Es como bautizar un hijo. Descubrir una nueva
especie pasa muy pocas veces en la vida de un biólogo o no pasa nunca.
Por fortuna Colombia tiene muchas zonas inexploradas por su extensión,
el conflicto armado o falta de recursos”, dice Guillermo Reina-Rodríguez
investigador del Departamento de Geografía de Univalle, quien junto al
profesor Jorge Rubiano Mejía y Fabio Castro, del semillero de
investigación del alma mater, llevaron adelante el proyecto ‘Orquídeas y
cambio climático’, logrando un inventario de esta especie en el valle
geográfico del río Cauca.
En la descripción de la nueva especie también
participaron Carlos Leopardi del Centro de Investigación Científica de
Yucatán (México) y Gustavo Romero-González del herbario Oakes Ames, de
la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos.
Reina señala que el estudio de las orquídeas
puede llevar a indicadores del cambio climático “ya que el 69 por ciento
de ellas son epífitas, es decir, viven sobre otras plantas, y se
alimentan de micropartículas atmosféricas y cualquier cambio en los
patrones de lluvia o temperatura, será percibido por ellas. Al verse
amenazadas, migran, se desplazan a zonas más altas”.
Explica que a través de algoritmos matemáticos
y modelación de áreas se pueden proyectar a 20, 30 y más años esos
cambios, para que corporaciones ambientales, ONG y municipios puedan
tomar decisiones y determinar zonas a proteger, entre otros aspectos.
La investigación del profesor Reina empezó
hace cinco años como parte del proyecto de tesis de doctorado en la
Universidad de Barcelona. Destaca las nuevas tecnologías en la
investigación, entre ellas el uso de drones, para captar imágenes y
datos en sitios de difícil acceso o muy altos pues algunas se hallan en
árboles a 15, 20 y mas metros de altura. Agrega que una limitante es la
falta de recursos y la necesidad de más apoyo para seguir estas
investigaciones y registros. “Hay mucho por descubrir”, resalta.
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