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martes, 27 de octubre de 2015

A un paso de obtener células madre de sangre en laboratorio

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A un paso de obtener células madre de sangre en laboratorio
Un equipo del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas de Barcelona ha descubierto la forma de activar la proteína Notch para producir células madre hematopoyéticas en laboratorio. Según los autores, el hallazgo es importante en medicina regenerativa ya que permitirá en el futuro producir células aptas para trasplantes hematológicos a aquellos enfermos que no tengan donantes compatibles. El estudio fue publicado en Nature Communications.
 
Un trabajo internacional, liderado por un equipo del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), con sede en Barcelona, ha descubierto que la intensidad o eficiencia de la activación de una proteína llamada Notch –que está involucrada en las diferentes etapas del desarrollo embrionario– determina el destino de las células. Es decir, si las células formarán la arteria aorta o las células madre de la sangre (hematopoyéticas). En el caso de las células arteriales es necesario que se activen muchas moléculas de Notch, mientras que para las células hematopoyéticas se necesitan muchas menos.

Según Anna Bigas, coordinadora del grupo de células madre y cáncer del IMIM y una de las autoras, "para conseguir estos niveles de activación, hemos demostrado que existe una competencia entre dos proteínas que activan Notch, esto es, entre dos ligandos, por lo que una limita la activación generada por la otra para poder formar células madre hematopoyéticas".

Activación de Notch
Hasta ahora se sabía que la activación de Notch era imprescindible para formar arterias y células madre hematopoyéticas. También se conocía que las proteínas responsables de esta activación eran los ligandos Delta4 y Jagged1, respectivamente. Ahora, los investigadores han demostrado como funciona esta señal para conseguir un nivel de activación determinado y formar los dos tipos de células diferentes.

El hallazgo es importante para determinar las señales que se necesitan para generar células madre hematopoyéticas en el laboratorio, ya sea a partir de células madre embrionarias o de otras fuentes. "Actualmente, ya se están obteniendo células en el laboratorio con características de células madre, pero es un proceso poco eficiente y poco reproducible todavía. Este estudio ayudará a mejorar la calidad y eficiencia en la obtención de células madre hematopoyéticas y esto puede suponer, en un futuro, la posibilidad de obtener una fuente inagotable de células para trasplantes hematológicos y por tanto, la posibilidad de un trasplante para muchos enfermos que no tienen donantes compatibles", comenta la investigadora.

Estudio a partir de células de ratón
Los investigadores han realizado el estudio actual a partir de células de ratón, ahora el siguiente paso es reproducir la investigación con células embrionarias humanas o con células endoteliales reprogramadas donde creen que funcionará de manera similar. Además, es muy posible que mecanismos similares funcionen para generar otros tipos celulares.

"A pesar de que la aplicación no es inmediata porque aún no se conocen todas las señales y cómo regularlas, poco a poco se va confeccionando un protocolo más preciso para saber cómo generar células con capacidad de ser trasplantadas", concluyen los autores.

Referencia bibliográfica:
Leonor Gama-Norton, Eva Ferrando, Cristina Ruiz-Herguido, Zenhy Liu, Jordi Guiu, Abul B.M.M.K. Islam, Sung-Uk Lee, Minhong Yan, Cynthia J. Guidos, Nuria López-Bigas, Takahiro Maeda, Lluis Espinosa, Raphael Kopan & Anna Bigas“Notch signal strength controls cell fate in the haemogenic endothelium”. Nature Communications. DOI: 10.1038/ncomms9510.

Fuente: Agencia Sinc.


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Células madre con memoria: el futuro contra el cáncer

viernes, 6 de febrero de 2015

Células madre con memoria: el futuro contra el cáncer

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Células madre con memoria: el futuro contra el cáncerEl sueño de destruir el cáncer con células del sistema inmune programadas para atacar a los tumores ha dado un paso de gigante. La gran esperanza se llama “célula madre T de memoria” (TSCM), y es un tipo radicalmente nuevo de glóbulo blanco del sistema inmune que reúne las dos propiedades ideales Científicos de Milán han demostrado que puedieron subsistir al menos 12 años en el cuerpo de 14 pacientes.

 


El ensayo clínico no había sido planeado para este fin –las células TSCM ni siquiera habían sido descubiertas hace 12 años, cuando la prueba comenzó—, sino para probar la seguridad de una técnica de terapia génica contra un tipo de inmunodeficiencia hereditaria (SCID, o enfermedad de los niños burbuja). Pero Luca Biasco, Serena Scala, Alessandro Aiuti y sus colegas del Instituto Científico San Raffaele, en Milán, han encontrado una forma brillante de reciclar el ensayo para obtener unos datos esenciales en la lucha contra el cáncer.

Los resultados se presentan en Science Translational Medicine, la publicación que la revista Science reserva para las investigaciones que tienen una evidente o inmediata aplicación a la práctica clínica. El subíndice del término TSCM significa stem cell memory, o células madre de memoria. La T viene de mucho antes: los linfocitos, o glóbulos blancos de la sangre, son las células encargadas de la respuesta inmune, y se dividen en linfocitos B (que producen los anticuerpos que andan sueltos por la sangre) y linfocitos T, que montan un tipo menos popular pero más importante de defensa: la inmunidad celular, por la que ciertas células especializadas se tragan, literalmente, a los agentes infecciosos y a otras cosas que consideren raras, incluidas en ocasiones las células tumorales.

“Las terapias basadas en células T”, explica a EL PAÍS Luca Biasco, primer autor del trabajo, “representan una de las estrategias terapéuticas más avanzadas y prometedoras para el tratamiento del cáncer; esta tecnología está basada en la modificación genética de las células T para redirigir su actividad contra las células tumorales; un tipo de célula T como las TSCM, que son capaces de mantener su capacidad de autorrenovación y de diferenciación por muchos años, pueden aportar un reservorio de células T capaz de patrullar por el sistema inmune y activarse eficazmente en caso de recidiva del tumor, para mantener una respuesta inmune secundaria eficiente”.

Nadie tenía ni idea sobre la mera existencia de las células TSCM hasta 2011. Pero su descubrimiento, especialmente después de este trabajo, las hacen muy relevantes para diseñar nuevas estrategias útiles para la medicina. “Aportamos evidencias de que la ingeniería genética de células T puede ser segura incluso a largo plazo”, explica Biasco. “Y además demostramos por primera vez de que las células TSCM con los genes corregidos en el laboratorio pueden implantarse activamente en la médula ósea de los seres humanos; esto abre la posibilidad de explotar las células TSCM modificadas genéticamente para las terapias basadas en el sistema inmune”.

Los pacientes empezaron el ensayo clínico en un estudio pionero de terapia génica contra una inmunodeficiencia congénita dirigido en 1995 por Claudio Bordignon, también en el San Raffaele de Milá. Las células T de estos pacientes fueron extraídas, y su deficiencia fue corregida en el laboratorio infectándolas con un gen correcto introducido dentro del ADN de un virus capaz de integrarse en el genoma de las células humanas (un retrovirus, de la familia del virus del sida).

Estos retrovirus se integran en el genoma humano más o menos al azar, y por tanto cada célula humana que ha recibido el virus tiene una firma molecular característica, formada por los extremos del ADN del virus unidos a su contexto de ADN humano. Este es el marcador que Biasco y sus colegas han aprovechado para identificar y analizar a las células T que siguen circulando por la sangre de los pacientes 12 años después.

¿Oportunismo? Sí, pero de un tipo que promete abrir un nuevo continente para la biomedicina del cáncer.

Fuente: El País, España. 



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