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Científicos han descubierto uno de los principales fenómenos de resistencia a un nuevo fármaco que aparece en la mitad de los casos de cáncer de pulmón avanzado, lo que permitirá avanzar en el desarrollo de un nuevo tratamiento.
Imagen de un conjunto de pulmones y corazón de un
fumador, preservados a través de un proceso llamado "Polymer
preservation". EFE/STEFAN ZAKLIN
La investigación, que publica la revista Nature Medicine, ha
sido llevada a cabo entre investigadores clínicos del Grupo de Tumores
Torácicos del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) y el Grupo de
Genómica del Cáncer del VHIO, junto con médicos del Dana-Farber Cancer
Institute de Boston (EE.UU.).
El trabajo, según ha informado el VHIO, ha permitido identificar por
primera vez uno de los mecanismos de resistencia a un nuevo fármaco en
ensayo clínico para cáncer de pulmón, el más frecuente en todo el mundo y
del que cada año se diagnostican 1.400.000 nuevos casos.
En España se diagnostican unos 20.000 casos anuales, muchos
provocados por el tabaco, lo que representa el 18,4 % de los tumores
entre los hombres (18.000 casos) y el 3,2 % entre las mujeres (2.000
casos), según datos de la Asociación Española contra el Cáncer.
En esta investigación, los científicos han estudiado el ADN circulante en plasma
(cfDNA) y en biopsias de tumores de pacientes con cáncer de pulmón
avanzado procedentes de un ensayo clínico, y han detectado mutaciones de
resistencia a este nuevo tratamiento con inhibidores de la mutación de
la proteína EGFR.
Identificar uno de los mecanismos principales de resistencia a este
nuevo fármaco permitirá conocer con mucha más precisión qué mutaciones
de resistencia hay que buscar ante estos tratamientos y definir la
estrategia para desarrollar nuevas moléculas a usar en este tipo de
cáncer, ha explicado la jefa del grupo de investigación clínica de
Tumores Torácicos del VHIO, Enriqueta Felip.
Según Felip, hace pocos años la historia del cáncer de pulmón empezó a
cambiar gracias al descubrimiento de alteraciones moleculares que
permitieron iniciar el tratamiento con fármacos mucho más dirigidos,
como ya ocurría en otros tumores.
Este es el caso de la mutación en la proteína EGFR,
un receptor de tirosina cinasa, presente en aproximadamente el 10 % de
los pacientes afectados por un cáncer de pulmón avanzado y que conduce a
la activación de esta proteína.
A raíz de este hallazgo aparecieron los primeros fármacos inhibidores
de EGFR, que se aplicaron con éxito para este subtipo de tumor de
pulmón, de forma que fármacos orales como el gefitinib, el erlotinib o
el afatinib entraron en los esquemas de tratamiento de estos tumores.
Pero, igual que en otras terapias, al cabo de unos meses de uso
aparecen resistencias y para resolverlas es necesario disponer de un
cierto número de moléculas activas contra las formas resistentes y que
se puedan usar de forma consecutiva.
“Esto es habitual con los fármacos que manejamos en la clínica, por
eso intentamos desarrollar constantemente otros que puedan ser útiles
cuando aparecen estas resistencias”, ha resumido la doctora.
“Debido a que existen resistencias a otros tratamientos previos, esta
información nos permite conocer mejor el recorrido de este fármaco y
nos previene y prepara para el próximo paso, incluso antes de su comercialización”, ha dicho Felip.
Ana Vivancos, responsable del Grupo de Genómica del Cáncer del VHIO,
ha abundado que “conocer esta nueva mutación, saber cuál es y cuándo
aparece, nos permite saber qué buscar en estos pacientes (…). Además, no
sólo sabemos de qué mutación se trata, sino que sabemos qué ocurre y
por qué el mecanismo el paciente deja de responder al fármaco”.
Fuente: EFEfuturo
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