La Universidad Autónoma de Occidente acaba de obtener la patente para desarrollar y comercializar la revolucionaria sustancia.
Imagine por un momento que sufre un accidente a gran velocidad en motocicleta o se cae mientras baja unas escaleras y, como reflejo, se apoya en sus manos y sufre fracturas completas en ambas muñecas.Esa rotura de radio distal requiere una cirugía en la que se extraiga la sección de alguno de sus huesos, para hacer un injerto que supla la parte faltante. Otra opción sería recurrir a un banco de huesos, donde le implantarían el tejido óseo de un muerto. Y la tercera alternativa para solucionar esa fractura sería un injerto de hueso de animal.
Ahora imagine que hay una cuarta opción y que a partir de una sustancia presente en el caparazón del camarón, se originó una mezcla capaz de regenerar y rellenar los huesos.
“El biocompuesto se forma al mezclar un material cerámico llamado fosfato tricálcico, que permite el crecimiento óseo y tiene la propiedad de biointegrarse al tejido óseo normal, y un material polimérico llamado Quitosano que tiene propiedades regenerativas a nivel de estímulo de la cicatrización”, explicó Sandra Arce, docente de la Universidad Autónoma de Occidente y gestora del nuevo material.
Arce dijo que este proyecto surgió hace siete años mientras cursaba una Maestría con énfasis en Ingeniería Mecánica en la Universidad del Valle. “En ese momento me interesé en buscar materiales que pudieran ser aplicados en el tejido óseo humano y que lograran regenerarlo”, aseguró.
Para llegar a una aplicación de este biocompuesto en humanos, Arce explicó que primero se debieron hacer intervenciones en tibias y crestas ilíacas de conejos y cráneos de ratas, donde se vieron los avances en la absorción del material y la generación de nuevo tejido óseo.
“En ese momento, junto al implantólogo oral, Carlos Valencia, procedimos a hacer injertos del material en 60 alvéolos (compartimientos de los huesos a los que se adhieren los dientes) para evitar la reabsorción del tejido óseo y que los pacientes tuvieran suficiente tiempo para ponerse una prótesis más adelante”, indicó la investigadora.
Actualmente, el biocompuesto está siendo parte de un experimento en un grupo de 15 pacientes que tienen fracturas del radio distal.
“Durante la primera fase del proyecto no hemos tenido alergias, infecciones ni reacciones locales a esta sustancia. Por el contrario, hemos notado que estas fracturas van evolucionando muy bien”, destacó el ortopedista y traumatólogo del Centro Médico Imbanaco, Andrés Machado.
“La importancia de este trabajo es inmensa, no solo a nivel regional, sino nacional, porque a partir de este material podremos diseñar otros desarrollos que seguramente van contribuir al mejoramiento de la salud de las personas”, sentenció Machado.
Producto patentado
A mediados de febrero, la Superintendencia de Industria y Comercio le otorgó la patente de invención a la Universidad Autónoma de Occidente del biocompuesto para regenerar tejidos óseos, producido a partir de la investigación de los profesores Arce y Valencia.
Esta licencia le da la exclusividad a la institución educativa para producir y comercializar esta solución durante 20 años.
Para Magdalena Urhán, directora de investigaciones y desarrollo tecnológico de la UAO, el resultado de este proyecto de investigación es destacable no solo por su valor innovador, sino porque será un material de uso social.
“Esta patente es muy valiosa porque la gente no tendrá que recurrir a soluciones importadas y de alto costo, sino que tendrá acceso a un producto nacional que ayuda a la regeneración de los huesos, con un precio muchísimo más económico”.
Urhán indicó que, aunque no hay una fecha establecida, la comercialización de este biocompuesto está en trámite.
Se espera que el próximo paso para este biocompuesto sea la aplicación en pacientes que se realicen procedimientos estéticos.
Redacción: Oswaldo páez / El País.
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