martes, 1 de septiembre de 2015

Producen nano-fibras con dióxido de carbono de la atmósfera


Related Science: Producen nano-fibras con dióxido de carbono de la atmósfera
Nanofibras de carbono
Una nueva y revolucionaria técnica para extraer el carbono de la atmósfera y convertirlo en nano-fibras plantea una potencial “cura” para las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Este nuevo método podría revolucionar el sector de la construcción y de esta manera, invertir la contaminación atmosférica a nivel preindustrial. La investigación fue publicada en Nano Letters.

Este nuevo proceso electroquímico llamado STEM, combina un sistema de energía solar con electricidad usando óxido de litio disuelto en carbonato de litio fundido. Dicho óxido de litio se combina con el dióxido de carbono del aire, para así formar más carbonato de litio. Si se utiliza un voltaje entre dos electrodos dentro del carbonato fundido, la reacción resultante producirá “oxigeno”, que se acumulará sobre uno de los electrodos, y más óxido de litio, que se puede reutilizar en la reacción para continuar con la captura de más dióxido de carbono y de esta forma, activar el proceso nuevamente.

En realidad no es la primera vez que se intenta un proceso de estas características. Anteriormente los resultados ante test similares fueron buenos pero el proceso no era económico ni lo suficientemente eficiente para la producción a gran escala de nano-componentes. El profesor de química Stuart Licht, de la universidad George Washington afirma que, con este nuevo método creado por su equipo de investigación, puede capturar dióxido de carbono del aire empleando un proceso electromagnético para convertirlo en nano-fibras de carbono y oxígeno, y que el proceso es en definitiva mucho más eficiente y potencialmente mucho más barato que los existentes hasta ahora.

Según Licht, en realidad es más que solo un método más sencillo y barato de fabricar un material tan caro como las fibras de carbono; representa en sí una manera de “aislar y almacenar el dióxido de carbono de manera útil, estable y compacta”. El profesor señala que otras de las ventajas es que este complejo proceso se alimenta con energía solar, es decir, enteramente renovable y con un resultado de gran valor y no monetario que es, la eliminación de dióxido de carbono del aire.

El equipo de investigación del profesor Licht logró mostrar la versatilidad de este proceso fabricando una cantidad importante de nano-fibras de diversas formas y diámetros con sólo hacer ajustes en las condiciones específicas el proceso, como por ejemplo la cantidad de corriente en momentos concretos o la composición de los ingredientes en el proceso. Licht aseguró que todavía no se tiene un control total de los mecanismos básicos de la formación de dichas fibras pero que tiene plena confianza en que su equipo de profesionales logrará desarrollar el control necesario sobre la naturaleza de las fibras producidas.

Este proyecto promete mucho desde el punto de vista rentable, pues las fibras de carbono, por su fuerza, ligereza y su capacidad de conductividad eléctrica, se usan cada vez más como materiales estructurales en la industria aeronáutica y automovilística entre otras.

Pero para algunos, el verdadero valor de este proyecto y este nuevo proceso tiene que ver con el potencial para reducir las emisiones de carbono que tanto mal le están haciendo a nuestra atmósfera. Los investigadores demuestran optimismo pues, según los cálculos, este método podría eliminar suficiente dióxido de carbono para restaurar los niveles atmosféricos globales preindustriales en menos de 10 años, inclusive si se siguen emitiendo los mismos niveles de gas de efecto invernadero durante ese mismo período. En realidad, es quizás un poco utópico pues para que esta previsión funcione, requeriría un aumento gigantesco de la demanda de nano-fibras de carbono. Según Stuart Licht, si el costo del material se reduce gracias al método de su equipo de investigación, no pasará mucho tiempo para que la fibra de carbono eventualmente remplace al acero o al aluminio, incluso al cemento, como materiales de construcción, y ahí si se vería cumplido el pronóstico de los científicos.

“Nano Letters” asegura que este proyecto tiene por ahora un gran inconveniente, y es que las nano-fibras son demasiado cortas. James Tour, un científico de nano-ingeniería y materiales de la universidad de Houston realizó una analogía con la lana. Para Tour “primero hay que esquilar la oveja, luego se requieren varios procesos hilados antes de llegar a conseguir un jersey”. Sin embargo, el profesor Licht, en respuesta a estos testimonios, sostiene que el proceso está en vías de mejorarse y ampliarse y que las posibilidades son inmensas.

Fuente: MIT Review, Wired.co.uk, agencias

No hay comentarios:

Publicar un comentario