Encontrar formas de diagnóstico confiables, rápidas y precisas mejora
el pronóstico frente a las enfermedades, pues permite administrar a
tiempo el tratamiento adecuado. Por ello, un equipo de especialistas del
Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic) propuso una
nueva técnica para determinar la presencia del parásito causante de la
malaria, que en ocasiones es desapercibido en otros estudios. Las propiedades halladas en la proteína Pv – 148 pueden aportar
mayor sensibilidad a las pruebas de diagnóstico de la enfermedad,
también conocida como paludismo, contribuyendo a la identificación de
nuevos casos. El estudio fue realizado en colaboración con
investigadores del Instituto Jacques Monod de Francia y fue publicado en la revista Science.
“Usamos técnicas moleculares ya descritas anteriormente, pero
empleamos esta proteína como marcador porque descubrimos que no tiene
reacción cruzada con otros parásitos que afectan al ser humano. Esto nos
permite detectar a la especie responsable de la enfermedad”, explicó la
investigadora del Ivic, Mariana Hidalgo.
Investigaciones previas han determinado que Pv – 148 es una proteína proveniente del Plasmodium vivax, una de las especies del parásito trasmitido al hombre a través de la picadura de mosquitos infectados.
El efecto de la proteína propuesta ha sido evaluado en muestras de sangre y suero recolectadas por el laboratorio de Inmunoparasitología del Ivic .En esta fase se inició la estandarización de la técnica para posteriormente aplicarla y probarla en las zonas nacionales endémicas del paludismo como los estados Amazonas, Bolívar y Sucre.
“Presumimos que puede dar un resultado más preciso al identificar
casos positivos que no son detectados en otros exámenes”, indicó
Hidalgo.
P. vivax es autora del 69% de los casos de malaria registrados
en el país, según se indicó en el seminario “Malaria en Venezuela:
Retos y expectativas de control,” dictado en el Ivic. Las
particularidades de esta especie dificultan el control de la enfermedad,
debido a que ocupa una amplia cobertura geográfica y es capaz de
transmitirse aún antes de presentar los síntomas característicos.
La malaria se caracteriza por un cuadro febril agudo que puede estar
acompañado de otros síntomas como el dolor de cabeza, vómitos y
escalofríos, aunque en ocasiones puede presentarse de forma
asintomática. Esta enfermedad es producto de la infección con parásitos
que afectan al ser humano tras la picada de mosquito Anopheles infectado
por el Plasmodium.
Según datos suministrados por la Organización Mundial de la Salud
(OMS), en 2013 se produjeron 198 millones de casos de paludismo en el
planeta. Se estima que alrededor de la mitad de la población mundial
habita en zonas de riesgo para esta patología. Aunque es prevenible y
curable, la enfermedad puede ser potencialmente mortal si no se
administra el tratamiento de forma oportuna.
Existen cuatro tipos de parásitos que causan la malaria en el ser humano. De ellos, el más severo es Plasmodium falciparum, capaz de generar complicaciones como anemia, fallas renales y edema pulmonar. P. vivax,
especie con mayor distribución en territorio nacional, no está asociada
a problemas de salud tan severas. Sin embargo, puede también ocasionar
deterioro en las funciones del riñón.
La malaria sigue siendo un problema de salud en el mundo. Detenerla
requiere principalmente del control del vector, mosquito transmisor, a
través del uso de insecticidas especializados y que no hayan reportado
resistencia en los insectos, se indicó en el seminario.
Igualmente es necesario iniciar una fase de búsqueda activa de casos
en las zonas endémicas, aplicando técnicas de diagnóstico rápido y
eficiente que permitan la aplicación de una terapia combinada a las
personas infectadas.
Fuente: Dicyt
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