martes, 28 de abril de 2015

¿Rompió China el tabú de la modificación genética de embriones humanos?

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La primera modificación de embriones humanos de la historia, llevada a cabo por científicos chinos, acaba de desencadenar un intenso debate sobre los límites de la manipulación genética.

El objetivo del equipo de investigadores de la Universidad SunYat-sen, de Guanzhou, liderado por el genetista Jujnjiu Huang, era corregir el gen responsable de la beta-talasemia, una enfermedad hematológica hereditaria y potencialmente mortal. Para ello empleó una avanzada técnica de edición de genes, llamada CRISPR, por las siglas que corresponden a Repeticiones Palindrómicas Cortas Espaciadas entre sí y Agrupadas, la cual permite alterar de forma más rápida, precisa y detallada cualquier posición de los 23 pares de cromosomas del genoma sin cometer errores ni introducir mutaciones no deseadas.

La terapia fue descubierta hace cinco años y desde entonces ha sido utilizada con éxito para corregir células humanas adultas y células embrionarias de otras especies. Sin embargo, en embriones humanos no parece tan eficiente. Al menos no en la investigación desarrollada por el equipo de Huang.
Embriones no viables

Los investigadores la pusieron en práctica en 86 embriones, de los que sobrevivieron 71. Pudieron editar con éxito 28 y solo logró corregir el gen de la beta-talasemia en cuatro de ellos. Aunque los científicos no aclararon si el resultado se debe a un problema con la técnica o con los propios embriones, que fueron obtenidos de centros de reproducción asistida. Por cuestiones éticas, eran embriones no viables; esto es, tenían una copia extra de cromosomas en cada célula, por lo que no hubiera podido desarrollarse de ellos un feto normal.

Pero sea cual sea el motivo del resultado, "nuestro trabajo ilustra la necesidad de mejorar la técnica CRISPR/Cas9 (...) antes de cualquier aplicación clínica", concluyeron los investigadores en la investigación, titulada Edición génica mediada por CRISPR/Cas9 en cigotos tripronucleares humanos y publicada por la revista especializada Protein&Cell.

Antes de ofrecérselo a este medio los científicos habían tratado de publicar el trabajo en dos revistas de mayor renombre, Nature y Science, pero ambas lo rechazaron por motivos éticos.

Estos medios publicaron el mes pasado artículos de opinión de líderes de la comunidad biomédica en la que pedían una moratoria para la manipulación genética de células germinales, como óvulos, espermatozoides y células embrionarias. Después de que salió a la luz el estudio de los científicos de la Universidad SunYat-sen, más opiniones se han sumado y la polémica a empezado a sonar más fuerte.

A favor de moratoria

La mayoría de los que han alzado la voz insisten en lo que los mismos investigadores dijeron: es pronto para una aplicación clínica.

A ese grupo pertenece Jennifer Doudna, científica de la Universidad de California en Berkeley, Estados Unidos, que desarrolló la técnica CRISPR: "El propio estudio subraya que la técnica no está lista para ser aplicada de forma clínica en las células germinales humanas"

Los premios Nobel David Baltimore y Paul Berg comparten esta postura, tal como lo explican en el artículo titulado "Pulsemos 'pausa' antes de alterar la humanidad", publicado en el diario The Wall Street Journal.

Ambos advierten que los cambios introducidos en las células germinales se transmitirían a las generaciones siguientes y las consecuencias hoy son imprevisibles.

En ese sentido, otros son más tajantes. "Esto (el estudio) enfatiza la necesidad de una prohibición global inmediata a la creación de bebés genéticamente modificados", opina David King, director de la organización británica Human Genetics Alert.

Con ello King hace referencia a fines que no son médicos, como el de modificar la apariencia física o la inteligencia de las futuras generaciones. Sin embargo, los defensores de la terapia génica insisten en que liberaría a la humanidad de enfermedades hereditarias. De esa opinión es el académico Julian Savulescu, el editor jefe del Journal of Medical Ethics.

El profesor de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, opina que crear los llamados bebés de diseño debería considerarse "una obligación moral", ya que al crecer se convertirían en "niños éticamente mejores". Así lo defendió en un artículo publicado en versión británica de la revista Reader's Digest.
 


Fuente: BBC Mundo

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